La parroquia se creó con el cantón, es decir el 25 de junio de 1824, con la Ley de División Territorial de la Gran Colombia. Está situada al sur del cantón.
Vilcabamba, es un topónimo aborigen y término que se compone de dos vocablos:
VILCA , de huilco o wilco, nombre de una planta típica y propia del lugar.
PAMBA superficie plana, planada, llanura.
Luego, el nombre Vilcabamba proviene del Runa Shimi Huilcopamba y significa: "Valle Sagrado". Pero además, por los documentos, específicamente del último censo, a Vilcabamba también la identifican con el nombre de Victoria, designación dada por los actos epopeicos de los indígenas que defendieron las tierras de sus comunidades frente a la prepotencia de hacendados y autoridades reales que actuaron en la centuria de 1700.
Comunidad Primitiva.
Vilcabamba fue un grupo aborigen, proveniente del Matriarcado de las Kapullanas, que se desarrolló en el actual sur del Ecuador y parte del norte del Perú, según huellas arqueológicas de la época del Paleolítico, con las falasias de Quillusara, recientemente descubiertas por algunos prehistoriadores.
Piedad Peñaherrera de Costales, en su Llacta Runa, recoge una versión de un doctrinero y que dice: "a lo menos nos ocuparemos de su geografía arqueológica y étnica, considerando que su recuerdo, debe ser parte
importante de la Nación India”. López de Velasco en la Relación escrita durante los años 1571-1574 al hablar de los indígenas de la comarca dice que formaban tres grupos, a saber: Cañaris y Paitas (¿Paltas?) y Malacatas. En la misma Relación, encontramos un dato revelador respecto a que, una parcialidad de los Paltas estuvo sujeta al matriarcado. "Hay entre los naturales en esta comarca (Loxa) una provincia donde las mujeres, que llaman "las capullanas" son las señoras y, tienen el gobierno de la tierra y mandan a los
hombres"10. De esas Kapullanas devinieron descendientes que se agruparon en las étnias de los Zarzas y los Paltas.
El Capitán del Ejército Ecuatoriano y gran escritor lojano, Luis F. Mora, en su Ecuador Austral, coincidiendo con el criterio anterior, señala una versión sintética de los primeros habitantes de lo que hoy es la Provincia Loja y que, merece nuestra atención porque la da en sentido de breve conclusión que tan sólo la Antropología y los estudiosos de la Prehistoria habrán de anular: "Los Zarzas y los Paltas eran pequeñas etnias independientes, gobernados por sus señoras. La etnia de los Paltas, que era la agrupación menor, constaba de tres tribus: los Carriochambas, Chabarcas y Saraguros. La etnia de los Zarzas, agrupación poblacional más extensa, contaba con once tribus: Curimangas, Cushinimis, Jaenes, Jambelíes, Macaras, Malacatus, Naypiracas, Saucillos, Sozorangas, Zarumas y, Vilcabambas".
Vilcabamba fue un grupo aborigen, proveniente del Matriarcado de las Kapullanas, que se desarrolló en el actual sur del Ecuador y parte del norte del Perú, según huellas arqueológicas de la época del Paleolítico, con las falasias de Quillusara, recientemente descubiertas por algunos prehistoriadores.
Piedad Peñaherrera de Costales, en su Llacta Runa, recoge una versión de un doctrinero y que dice: "a lo menos nos ocuparemos de su geografía arqueológica y étnica, considerando que su recuerdo, debe ser parte
importante de la Nación India”. López de Velasco en la Relación escrita durante los años 1571-1574 al hablar de los indígenas de la comarca dice que formaban tres grupos, a saber: Cañaris y Paitas (¿Paltas?) y Malacatas. En la misma Relación, encontramos un dato revelador respecto a que, una parcialidad de los Paltas estuvo sujeta al matriarcado. "Hay entre los naturales en esta comarca (Loxa) una provincia donde las mujeres, que llaman "las capullanas" son las señoras y, tienen el gobierno de la tierra y mandan a los
hombres"10. De esas Kapullanas devinieron descendientes que se agruparon en las étnias de los Zarzas y los Paltas.
El Capitán del Ejército Ecuatoriano y gran escritor lojano, Luis F. Mora, en su Ecuador Austral, coincidiendo con el criterio anterior, señala una versión sintética de los primeros habitantes de lo que hoy es la Provincia Loja y que, merece nuestra atención porque la da en sentido de breve conclusión que tan sólo la Antropología y los estudiosos de la Prehistoria habrán de anular: "Los Zarzas y los Paltas eran pequeñas etnias independientes, gobernados por sus señoras. La etnia de los Paltas, que era la agrupación menor, constaba de tres tribus: los Carriochambas, Chabarcas y Saraguros. La etnia de los Zarzas, agrupación poblacional más extensa, contaba con once tribus: Curimangas, Cushinimis, Jaenes, Jambelíes, Macaras, Malacatus, Naypiracas, Saucillos, Sozorangas, Zarumas y, Vilcabambas".
INICIOS DE VILCABAMBA
El primer Encomendero de Vilcabamba fue don Pedro de León, quien tuvo el repartimiento de Cucanamá (Cucanamá, hacienda después de los Agustinos) dada por el Virrey del Perú, Marqués de Cañete, el cual le producía la cantidad de 900 pesos.
De tiempo inmemorial, correspondiente a la Prehistoria lojana existió un pueblo de indígenas en el mismo lugar en que se asienta la actual población, comandado por mujeres en el régimen del Matriarcado, las cuales las llamaron Kapullanas, nombre común adquirido por el Kapullo, hermosa vestimenta que llevaban; pero sin duda, a partir de su primer Encomendero, por aprovecharse de las tierras más hermosas y planas, trataron de echar a los indígenas hacia las alturas, iniciándose así una continuada controversia unas veces de hecho y otras jurídicas, la cual, como declara doña Micaela del Castillo, duró 150 años, hasta que el Capitán don Hernando de la Vega, viendo más el interés del pueblo que el suyo, defendiendo por antiguos documentos, decidió terminar la controversia y, previa la medida de las tierras ocupadas por el pueblo, entregó a éste 19 cuadras, el 1º de septiembre de 1576, siendo esta la fecha de la fundación española de la actual Vilcabamba.
Recapacitando sobre esta lucha entre los dueños de "El Atillo" los del pueblo de Vilcabamba, vemos que fue una controversia jurídica antes que pugna material, si bien no faltaron actos de agresión de parte y parte. Los Caciques son oídos, la reclamante es escuchada y el Corregidor de Loja y la Real
Audiencia de Quito trataron de terminar el litigio en base a la justicia. Admira el trato de consideración dado a los indígenas, a quienes se les concede o, mejor, devuelve el derecho de vivir en lo que fue suyo y no se los echa a la fuerza como a seres despreciables.
La querella seguida posteriormente de doña Micaela del Castillo contra los indígenas y blancos residentes en Vilcabamba, en 1738, nos da una idea de cómo el pueblo recién fundado se había transformado, en menos de tres lustros y que algunos mozos blancos o mestizos habían ido a avecindarse en Vilcabamba, constituyendo el primer núcleo de blancos que ayudó a formar la actual población mestiza de Vilcabamba. Se advierte, por otra parte, el dominio que tenía el religioso Agustino Fray Juan de Rojas sobre los Caciques, indígenas y blancos. A los primeros les convencía antes que con sermones y razones con la amenaza de azotarlos y a los segundos, con el temor de ser arrojados del pueblo, Salta a la vista la enemistad del religioso con doña Micalela del Castillo. Al mismo tiempo se demuestra la fuerza devastadora de una población unida.
Digna también de admiración es la valentía y entereza de doña Micaela del Castillo, quien no se acobardó por lo sucedido, sino que peleó dos años hasta conseguir ser restituida en sus derechos.
De tiempo inmemorial, correspondiente a la Prehistoria lojana existió un pueblo de indígenas en el mismo lugar en que se asienta la actual población, comandado por mujeres en el régimen del Matriarcado, las cuales las llamaron Kapullanas, nombre común adquirido por el Kapullo, hermosa vestimenta que llevaban; pero sin duda, a partir de su primer Encomendero, por aprovecharse de las tierras más hermosas y planas, trataron de echar a los indígenas hacia las alturas, iniciándose así una continuada controversia unas veces de hecho y otras jurídicas, la cual, como declara doña Micaela del Castillo, duró 150 años, hasta que el Capitán don Hernando de la Vega, viendo más el interés del pueblo que el suyo, defendiendo por antiguos documentos, decidió terminar la controversia y, previa la medida de las tierras ocupadas por el pueblo, entregó a éste 19 cuadras, el 1º de septiembre de 1576, siendo esta la fecha de la fundación española de la actual Vilcabamba.
Recapacitando sobre esta lucha entre los dueños de "El Atillo" los del pueblo de Vilcabamba, vemos que fue una controversia jurídica antes que pugna material, si bien no faltaron actos de agresión de parte y parte. Los Caciques son oídos, la reclamante es escuchada y el Corregidor de Loja y la Real
Audiencia de Quito trataron de terminar el litigio en base a la justicia. Admira el trato de consideración dado a los indígenas, a quienes se les concede o, mejor, devuelve el derecho de vivir en lo que fue suyo y no se los echa a la fuerza como a seres despreciables.
La querella seguida posteriormente de doña Micaela del Castillo contra los indígenas y blancos residentes en Vilcabamba, en 1738, nos da una idea de cómo el pueblo recién fundado se había transformado, en menos de tres lustros y que algunos mozos blancos o mestizos habían ido a avecindarse en Vilcabamba, constituyendo el primer núcleo de blancos que ayudó a formar la actual población mestiza de Vilcabamba. Se advierte, por otra parte, el dominio que tenía el religioso Agustino Fray Juan de Rojas sobre los Caciques, indígenas y blancos. A los primeros les convencía antes que con sermones y razones con la amenaza de azotarlos y a los segundos, con el temor de ser arrojados del pueblo, Salta a la vista la enemistad del religioso con doña Micalela del Castillo. Al mismo tiempo se demuestra la fuerza devastadora de una población unida.
Digna también de admiración es la valentía y entereza de doña Micaela del Castillo, quien no se acobardó por lo sucedido, sino que peleó dos años hasta conseguir ser restituida en sus derechos.
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